Hay mucha mística alrededor de que para innovar hay que fracasar. Y en muchas ocasiones leemos la misma afirmación con el término error.
¡Ojo! Un fracaso no es lo mismo que un error. Un error es una muestra de que hubo negligencia, falta de reflexión, exceso de velocidad o asunción de una determinada causa-efecto en la planificación o en la ejecución del proceso. Sin embargo, un fracaso es un proceso necesario para que se produzca el aprendizaje y la evolución.
Cuidado entonces con la semántica, pues es muy importante. Y, en cualquier caso, si no hay un aprendizaje tras un fracaso, este se convierte en un desperdicio … o sea, en un error.
Fran Chuán